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Sobre Opiniones Club de Roma

Actualizado: 26 may 2022

*Por Silvia Zimmermann del Castillo


Los acontecimientos dominantes en el mundo no solo nos asombran por la

inesperada reedición de situaciones que creíamos y anhelábamos

definitivamente enterradas en el pasado. Nos asombran y nos paralizan al

demostrarnos con crudeza que lo que está en crisis es el orden mundial

conocido y valorado como triunfo de la racionalidad y del progreso de la

humanidad.


En 1992, en un acto de exultación intelectual, el politólogo estadounidense

Francis Fukuyama publica su libro El fin de la Historia y el último hombre, en

cuyas páginas celebra el triunfo de Occidente, con el imperio de la actividad

económica libre y privada que alejaría por siempre a las sociedades de

revoluciones sangrientas y conflictos crueles. Proclama el triunfo de la

economía del libre mercado como panacea de la paz, de la democracia liberal

como único sistema político con algún tipo de dinamismo y de la

globalización del capital privado moviéndose con la mayor libertad jurídica

como motor de progreso y armonía. Concluye que la libertad, la igualdad y la

justicia quedarán por siempre instauradas y garantizadas bajo el gobierno del

pensamiento único: el de Occidente. Así las cosas, asevera de manera

axiomática que la historia ha llegado a su fin.


Fue Umberto Eco quien con refinada ironía confesó: “Dios ha muerto, el arte

ya no existe, la historia ha llegado a su fin, y yo personalmente no me siento

del todo bien”.


La guerra en Ucrania cuya proximidad a nosotros, occidentales, nos espanta y

amedrenta, al tiempo que nos distrae aún más de las otras guerras

igualmente cruentas y vigentes que mantenemos aletargadas en la

confortable somnolencia de la indiferencia y hasta del olvido - Etiopia, Mali,

República Democrática del Congo, Myanmar, Afganistán, Siria, por solo

nombrar a algunos de los 20 conflictos bélicos en curso - desangran día a día

sociedades enteras que solo anhelan vivir en paz. Las muertes que se

cuentan por miles cada año, la vida cotidiana de hombres, niños, mujeres

atrapados en escenarios dantescos, son los dolorosos síntomas de un mundo

que desde hace demasiado tiempo no se viene sintiendo del todo bien. Nos

confirman, además, que la historia continúa y que nos interpela.


Se suman a estas dolencias, la extemporánea pandemia que todavía encierra

a vastas franjas de la sociedad global y la situación de un planeta que

agoniza.


El Capítulo argentino del Club de Roma es un think tank nacional que suscribe

a los principios del Club de Roma Internacional. Este año 2022 se

conmemoran los 50 años del informe al Club de Roma “Los límites del

crecimiento”, cuya aparición en 1972 marca un hito trascendental en la

historia de la conciencia humana, al alertar sobre el colapso del planeta

provocado por la forma de entender las sociedades modernas el crecimiento

económico.


El Club de Roma tiene en claro el hecho de que toda problemática debe ser

abordada de forma sistémica e interdisciplinariamente para comprender con

claridad sus causas y encarar su solución.


Hoy, más que nunca, el Capítulo Argentino insiste en el abordaje sistémico de

todos los malestares que aquejan a la Naturaleza y a las sociedades del

mundo.


Es por eso que, ante la gravedad de lo que acontece en nuestro tiempo,

decide abrir un espacio de opinión desde el cual aportar al esclarecimiento

de la situación imperante y, de manera prospectiva, de los caminos que se

bifurcarán ciertamente a partir de esta crisis sin precedente que pone en el

banquillo de los acusados a la misma concepción irresponsable de un

pensamiento único.


Opiniones Club de Roma congrega a periodistas destacados, hombres y

mujeres del pensamiento, de la cultura y de las distintas disciplinas para

expresarse sobre los temas de la actualidad con libertad e independencia de

criterio, con solidez y coraje intelectual, con creatividad propositiva, y con el

solo deber de observar las consignas del respeto, la claridad argumentativa y

los fundamentos consistentes de sus aportes.


Con este espacio de Opiniones, el Capítulo Argentino del Club de Roma se

propone poner en valor la diversidad de pensamiento en contraposición a la

hegemonía ideológica, la confrontación respetuosa de ideas disimiles, la

libertad creadora, y el cuidado del lenguaje como ética de las formas.


La situación límite que enfrenta la civilización requiere de la contribución de

voces libres, independientes y valientes expresando con sinceridad ideas

preclaras que sirvan a la construcción de una era superadora de la actual.


*Silvia Zimmermann del Castillo es Presidente del Capítulo Argentino del Club de Roma.

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