El pasado 4 de agosto estuvimos junto a voluntarios y voluntarias de Cencosud en la costa de Vicente López (Lavalle y el río) realizando una limpieza de costas en uno de nuestros principales patrimonio natural y ambiental.
Junto a más de 20 voluntarios y voluntarias de la empresa que se acercaron, y guardaparques de la Reserva de Vicente López, compartimos una mañana recolectando los residuos que se encontraban en las costas del río. Se juntaron 22 bolsas de residuos de desechos para disposición final y 15 bolsas de consorcio de reciclables. Recuperamos para reciclar plástico, cartón y aluminio. Estos llegaron a las costas con el mismo movimiento del río, como si este nos devolviera los residuos que inadecuadamente habían llegado hasta él.
Es importante resaltar la importancia de la toma de consciencia de forma directa sobre la problemática del consumo de plásticos de un solo uso, la cantidad que se consume y la disposición que se realiza de los mismos, así como también de otros desechos. En el caso del plástico existen diferentes alternativas para reciclar o darles un nuevo uso, ejemplo de esto son las Botellas de Amor.
La Botella de Amor es una botella de plástico limpia que se rellena con plásticos de un solo uso, como envoltorios y bolsas que, por cuestiones técnicas y económicas, no se pueden reciclar, y se utiliza para crear madera plástica destinada, por ejemplo, para mobiliario urbano. Hay que destacar que los plásticos que se empleen para hacer una Botella de Amor deben estar en buenas condiciones y limpias.
Todos los residuos que se dispongan para reciclar deben estar en buenas condiciones, limpios y secos. En el caso de los residuos orgánicos al ser biodegradables, tenés la opción de generar un Compost, en vez de desecharlos.
El compostaje es un proceso biológico que se produce mediante microorganismos de tipo aeróbico (presencia de oxígeno), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas, que posibilitan la transformación de residuos orgánicos degradables en abono natural. Este abono se utiliza con frecuencia para mejorar la fertilidad de la tierra y como alimento para las plantas.
¡Cuidemos nuestro mundo!
Los ecosistemas acuáticos son un hábitat donde se presenta una gran diversidad de especies animales y vegetales en estrecha interrelación. La misma también provee múltiples servicios ecosistémicos a los seres humanos. Algunos de estos son la provisión de alimentos y agua dulce, la regulación del clima y la dinámica hidrológica, servicios culturales como el bienestar que proveen esos espacios, siendo ámbitos de recreación y de educación, y también servicios de soporte de la biodiversidad, reciclaje de nutrientes y fertilidad.
Sin embargo, la estabilidad de los cursos de agua está viéndose amenazada por múltiples impactos ambientales, siendo uno de ellos la contaminación con residuos. La aparición de estos no es mágica, ya que provienen de las calles y veredas que, por el sistema de diseño de desagües, flotan y desembocan allí.
La solución de este problema es una responsabilidad compartida, pero sin duda incorporar el hábito de repensar qué y cómo consumimos y participar de actividades que remedien lo que está llegando a los ecosistemas naturales son acciones que suman.
¡Seamos parte de la solución!