Jóvenes de Tucumán, Córdoba y Buenos Aires debatieron frente a los desafíos del presente
- flogwinczuk
- hace 2 días
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El viernes 9 de mayo, un grupo diverso de jóvenes de entre 18 y 30 años se reunió simultáneamente en Córdoba, Buenos Aires y Tucumán para participar del taller “Entender el presente para construir el futuro que queremos”.
Organizado junto a Fundación Alimentaris y Jóvenes por el Clima, el encuentro formó parte del proceso participativo del Programa Nacional de Participación (NEP), una iniciativa que busca recoger diagnósticos, experiencias y propuestas desde los territorios para incidir en políticas públicas. El objetivo es construir, colectivamente, una adaptación local del modelo internacional Earth4All —promovido por el Club de Roma Internacional— que advierte sobre la urgencia de abandonar el rumbo actual, definido como “Demasiado poco, demasiado tarde”, y avanzar hacia un “Gran Salto” que ponga en el centro la justicia social y ambiental. Esta transformación profunda se articula en torno a cinco ejes: erradicación de la pobreza, reducción de la desigualdad, empoderamiento de las mujeres, transformación del sistema alimentario y transición energética.
En este sentido, el taller reunió a estudiantes universitarios de las ciudades sede, militantes de organizaciones sociales y ambientales, así como a jóvenes interesados en general que buscan incidir en las políticas y prácticas locales. Moderado por Jóvenes por el Clima, el encuentro propuso una doble dinámica: por un lado, presentar los fundamentos y desafíos del modelo Earth4All; por otro, mapear colectivamente las problemáticas territoriales específicas y trabajar en mesas temáticas organizadas en torno a los cinco ejes de transformación propuestos por el modelo, con el objetivo de diseñar propuestas concretas desde las voces y experiencias de las juventudes.
Cada territorio presentó características y tensiones particulares, aunque todas compartieron una clara conciencia de la necesidad de articular acciones colectivas y transformar las realidades locales desde la participación activa de las juventudes.
En Tucumán, el encuentro tuvo lugar en la Legislatura de la Ciudad de Tucumán y asistieron entre 20 y 30 personas. El debate estuvo atravesado por la relación entre la crisis climática y la desigualdad estructural. Los jóvenes destacaron que el acceso desigual a derechos fundamentales como el agua potable, el sistema cloacal, la electricidad, el trabajo digno y los alimentos evidencia una profunda vulneración que golpea especialmente a los sectores populares. Sin embargo, la discusión no se centró solo en las carencias, sino también en las experiencias que emergen como resistencias y propuestas desde los territorios. Proyectos comunitarios dedicados a energías renovables, la soberanía alimentaria y la gestión de residuos ilustran caminos alternativos que muestran cómo las comunidades pueden construir autonomía y sustentabilidad en medio de un contexto adverso.

Los participantes coincidieron en que estas iniciativas deben fortalecerse y escalarse a nivel de políticas públicas para garantizar su continuidad y mayor impacto. Frente a discursos negacionistas del cambio climático y a una creciente desconfianza en la intervención estatal, los jóvenes tucumanos remarcaron la importancia de alzar la voz y disputar sentidos para construir narrativas y acciones colectivas que desafíen esas lógicas.
En Córdoba, el taller se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, con la participación de 25 jóvenes provenientes de distintos ámbitos académicos, militantes sociales y ambientales. Las discusiones se centraron en una crítica profunda al modelo extractivista y productivo predominante en la provincia, que actúa como causa estructural de diversas problemáticas sociales y ambientales. Los jóvenes señalaron cómo este modelo genera “economías de enclave” caracterizadas por la concentración monopólica y la desigualdad, y cómo repercute directamente en la falta de empleo digno, la contaminación y la precarización de las condiciones de vida.

Entre los temas más urgentes, se destacó el impacto ambiental y social que sufren barrios como Ituzaingó, donde la comercialización de terrenos contaminados por residuos industriales ha provocado riesgos sanitarios severos para sus habitantes. En este sentido, los participantes propusieron la creación de un programa piloto de planificación urbana que priorice la salud ambiental y social, incluyendo estudios sanitarios rigurosos, evaluaciones de impacto ambiental y la garantía efectiva de servicios básicos. Además, se planteó la necesidad de impulsar una transición hacia un modelo productivo y energético más autosuficiente y sustentable, que ponga en el centro a las comunidades y sus derechos.

En la Ciudad de Buenos Aires, el taller, reflejó las tensiones propias de un contexto urbano marcado por el individualismo, la desconfianza y el descreimiento en la capacidad de transformación colectiva. No obstante, también evidenció el compromiso político y ambiental que muchas juventudes mantienen pese a estas dificultades. Las problemáticas más señaladas fueron la crisis habitacional, la precarización laboral y el deterioro del sistema educativo. En particular, la gentrificación acelerada, el lobby inmobiliario, los recortes al presupuesto educativo y las barreras para acceder al primer empleo fueron identificados como síntomas de un modelo de ciudad excluyente que profundiza las desigualdades.
Sin embargo, más allá de este diagnóstico, los jóvenes presentes expresaron su voluntad de acción y esperanza. Una participante resumió ese sentir con una frase contundente: “Cuando te comprometés con la lucha, el pesimismo queda abajo”. En ese sentido, el grupo destacó que la construcción de una ciudad más verde, inclusiva y habitable depende de la articulación genuina entre las organizaciones sociales, el Estado y la ciudadanía, apuntando a transformar estructuras que perpetúan la exclusión.

Lejos de concebir a las juventudes como sujetos pasivos que “deben involucrarse”, el taller reconoció la existencia de una generación que desde hace tiempo viene organizándose para hacer frente al abandono estatal, la mercantilización de lo común y la exclusión persistente. Este espacio constituyó una oportunidad para visibilizar, articular y potenciar esas experiencias y voces en un contexto que se vuelve cada vez más adverso.
Las propuestas y conclusiones surgidas en las tres provincias serán integradas por el Club de Roma y Fundación Alimentaris en los diálogos constructivos del Programa Nacional de Participación, con el objetivo de que este aporte joven influya en la elaboración de proyectos y políticas públicas orientadas a atender las necesidades expresadas.
Desde Club de Roma Argentina destacamos que el encuentro permitió conectar miradas diversas y fortalecer una red joven comprometida con construir un futuro que ya se está gestando desde hoy, a través de la acción colectiva y la protección de todas las formas de vida en este planeta.
En un momento en el que las urgencias climáticas y sociales se profundizan, esta iniciativa demuestra que las juventudes no sólo advierten los problemas, sino que están dispuestas a protagonizar la transformación. El desafío es escucharlas y darles el espacio que merecen en la construcción de políticas públicas que sean verdaderamente transformadoras.
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